Procedente de Francia, el Ballet Nacional de Rusia está inmerso desde hace varios meses y hasta el próximo día 18 de enero en una intensa gira por España. Esta compañía estatal rusa ha recorrido de norte a sur, las ciudades más importantes del país, desde Málaga hasta Bilbao, su próximo destino, pasando por Graus, su única parada en Aragón en esta temporada. En unas pocas semanas, el Ballet Nacional de Rusia que dirige Iván Gromakov, ministro adjunto de Cultura de Rusia, regresará al Cáucaso, de donde procede.
El espectáculo "Los viajes de Marco Polo" arranca en Oriente, con coreografías inspiradas en varias danzas chinas, hindúes o japonesas, entre otras. En muchas de ellas se mantienen las músicas originales del folclore del país. Junto a la danza, el Ballet Nacional de Rusia, especializado en folclore, encandiló por su cuidado atrezzo con ricos trajes alusivos y plagado de colorido en cada una de las actuaciones. Las máscaras chinas, por ejemplo, aportaron aún más espectacularidad a esta primera parte oriental.
Ya en el Mediterráneo, interpretaron coreografías inspiradas en las culturas griegas, judías y egipcias, en este caso, con pirámides elaboradas a base de telas por los propios bailarines. La danza del vientre a través de la cultura siria fue otro de los momentos más evocadores de este extraordinario viaje guiados por la música y la danza que propuso el ballet ruso.
La representación fue ganando en intensidad hasta alcanzar su zénit en el número final, inspirado en las danzas del Cáucaso, la región de origen del grupo. "Es una zona con muchas culturas y su baile y su música están llenas de pasión, son de sangre caliente", comentan. En este punto, pudieron verse acrobacias, luchas de espadas y piruetas imposibles que encandilaron a los asistentes, entre quienes, pese a la hora y el frío que hacía ayer en Graus, había bastantes niños.
Este espectáculo, según explicaba el propio Gromanov, "es una creación pensada para salir al extranjero y, por ello, las músicas se han cuidado especialmente". No en vano, el espectador escuchó en este viaje cómo se conjugaron músicas tan dispares como la cálida "Kalinka" rusa, interpretada en directo con una bailalaica y dos acordeones, y la banda sonora de la película de Disney "Piratas del Caribe". "Se trata –apuntó el director- de que la gente conozca las músicas y se sienta cómoda viendo el espectáculo".
Desde la compañía mostraron su agradecimiento por la respuesta entusiasta del público, al que no conocían, si bien "habíamos estado en Aragón en varias ocasiones antes". En concreto, hace ocho años que incluyen nuestra región en su programa, aunque tan sólo Graus ha tenido el placer de contar con este atractivo espectáculo en el marco de la gira actual.
Fuente: Diario del Altoaragón. Elena Fortuño.