El mito de Teseo y el laberinto se recreará en tierras ribagorzanas para cerrar la séptima edición del festival Nocte 2010, que se celebrará en Graus del 8 al 11 de julio.
Buena parte de los participantes en los talleres de danza que ha celebrado en los dos últimos años se dieron cita el viernes en el grausino Espacio Pirineos, atendiendo a una convocatoria de Elia Lozano para informar sobre el nuevo montaje.
La convocatoria fue un éxito y numerosos aficionados a la danza que han trabajado en anteriores talleres respondieron a la cita comprometiendo su apoyo a esta iniciativa. Tras la reunión, y para preparar la obra, se ha programado la celebración de un nuevo taller de danza bautizado como «El laberinto», que se desarrollará los martes 15, 22 y 29 de este mes de junio y algunos otros días en julio, aún por confirmar, incluida una masterclass el martes 6 de julio.
«El objetivo último del taller es la producción del espectáculo que, con el mismo nombre, pondrá el broche a la edición 2010 del festival, el 11 de julio, a las 23.00 y en la Plaza Mayor grausina», confirma Elia Lozano.
Sobre el montaje, la coreógrafa señala que «cualquier mito es universal porque trasciende el comportamiento normal, lo dignifica, otorga al ser humano una dimensión constante de búsqueda y superación de su yo interior». Y, en su opinión, «el mito del laberinto nos expone la experiencia vital como un devenir entre caminos oscuros y esquinas hacia la luz, un rito de iniciación cuya principal fuente de conciencia y creación es el amor».
El minotauro y la soledad
Y de entre las múltiples versiones e interpretaciones que han surgido de este mito clásico, Elia Lozano apuesta por ahondar «en la interpretación que hizo Jorge Luis Borges».
En ella, el minotauro, un monstruo ahogado por la soledad, esperaba a quien le liberara «porque aunque no conocía más límites que muros que siempre llevaban a otros muros; en su entraña más profunda reconocía, anhelaba, predecía, una mañana única, otra vida diferente».
Sobre sus montajes, la bailarina zaragozana reconoce estar interesada tanto en los aspectos técnicos de la danza como en la respuesta del público. «Me interesa -apunta- que los espectadores se sientan identificados con lo que están viendo y crear un vínculo de comunicación con ellos que, pienso, es el objetivo último de todas las artes, y por ello pretendo que se establezca un ritual de comunión entre actores, bailarines, músicos y público con este espectáculo».
La compañía de danza de Elia Lozano sigue manteniendo de esta forma su compromiso con Graus y toda la comarca. Finalizado el convenio financiado por el Centro Dramático de Aragón (2007-2009), en 2010 han establecido su residencia habitual en la localidad y declaran «estar ilusionados por montar entre todos este espectáculo, con cierta incertidumbre ante esta nueva etapa, pero agradecidos por todos los años de buena acogida».
Fuente: Heraldo. es Ángel Gayúbar.