El historiador Jorge Mur abrió el pasado jueves por la noche ante un público masivo las décimo primeras Jornadas Culturales de «Amigos del a Peña». Mur realizó una interesante revisión histórica de la basílica de la Virgen de la Peña que, aseguró, «sigue siendo un edificio cautivador por muchas cuestiones, pero sobre todo por emerger con esa verticalidad del terreno y resistir con elegancia el paso de los siglos». La conferencia, desarrollada en Espacio Pirineos, forma parte de un trabajo más extenso del técnico de Cultura grausino, monográfico sobre el templo, que podría ver la luz en los próximos meses y que llenaría el vacío bibliográfico existente sobre este emblemático monumento grausino.
En su aproximación histórica, Jorge Mur explicó parte de su trabajo histórico, artístico, cultural y socioeconómico de los últimos siete años en torno a la basílica de la Peña. Un edificio apasionante «sitio de referencia a muchos niveles» y muy interesante porque «distintos constructores han trabajado en él a lo largo de los siglos y, sin embargo, ofrece un resultado unitario». Mur también destacó «la audacia de levantar este imponente edificio en ese lugar y en ese momento concreto.
La charla comenzó con el mito de la aparición de la Virgen en una roca de la Peña, «una leyenda hecha verdad a pulso de siglos, si bien la fecha que todos los autores han dado para esa aparición de la virgen, el año 1200, tiene relación con la construcción de la iglesia románica del siglo XIII levantada en la zona». En cualquier caso, Jorge Mur compartió su teoría de que incluso hubo un templo anterior en este espacio, construido durante la reconquista.
Respecto al templo actual, construido en el siglo XVI, «se hace en un momento en el que no tenía mucho sentido ampliar la iglesia porque la de San Miguel estaba a pleno rendimiento, era más accesible y ejercía las veces de parroquial como la de la Peña».
En cualquier caso, hubo condicionantes fundamentales que hicieron que tanto el Concejo grausino como la parroquia solicitaran a Roma la reconstrucción de la basílica. «La Peña pertenecía al Monasterio de San Vitorián y suponía una escala obligada en el peregrinaje a Santiago, por ello querían refrendar esos ingresos que llegaban a través de la iglesia, ya era turismo religioso visto 600 años atrás y cumplió con creces las expectativas porque hoy sigue siendo un icono turístico del territorio.
La próxima cita el jueves 11 de agosto a las 20:30 horas con María Ángeles Magallón que hablará sobre Labitolosa y las raíces romanas de ribagorza.
El programa completo de las Jornadas en www.espaciopirineos.com
Fuente: Diario del AltoAragón: Elena Fortuño.