En 1201 fue concedido a la villa de Graus el privilegio para la celebración, en torno a su patrón San Miguel, de una feria de caballos. La feria se mantuvo durante siglos hasta que los motores superaron en número e importancia a las caballerías. Con motivo del octavo centenario de la feria, el Ayuntamiento de Graus recuperó la celebración de esta feria, evidentemente con un carácter más lúdico y simbólico, pero que se ha erigido en uno de los pocos puntos de encuentro del mundo del caballo en Aragón. La feria se celebra bianualmente los años pares en torno al 29 de septiembre.