Veinte jóvenes devuelven su esplendor a la ermita de los Templarios de Grustán

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La conservación y acondicionamiento de la Ermita de San Miguel o de los Templarios de Grustán ha sido el principal cometido de los jóvenes participantes en el campo de trabajo de Graus de este año. Una propuesta que, en ediciones anteriores, también ha apostado por recuperar el patrimonio, en concreto, las fortificaciones medievales de Fantova, Panillo y Graus.

La limpieza del entorno de la ermita ha permitido dejar al descubierto las tumbas antropomorfas que rodean la edificación. También se han realizado prospecciones arqueológicas para estudiar la historia, la arquitectura y el entorno original del monumento. Los jóvenes han acondicionado, asimismo, las ruinas de la ermita de Los Templarios para su visita.

Durante la jornada de puertas abiertas de ayer, desarrollada entre las 11 y las 13,30 horas, los jóvenes y la dirección del campo explicaron a la quincena de asistentes las labores realizadas. Ubicada en la Ubaga de Grustán, la ermita de los templarios es una sólida iglesia románica de una nave, probablemente levantada en la primera mitad del siglo XII.

Las labores arqueológicas han estado guiadas por Julia Justes, mientras que el director del campo, Jorge Mur, ha sido el responsable tanto de los trabajos -en los Templarios y en otros entornos como el castillo de Fantova y el de Panillo-, como de las actividades de tiempo libre. Este campo de trabajo, desarrollado entre los días 20 de julio y 7 de agosto, ha estado organizado por el Ayuntamiento de Graus dentro del programa de Voluntariado y Solidaridad del Instituto Aragonés de la Juventud.

Fuente: Diario del AltoAragón. Elena Fortuño.