Fiestas de Graus 2023

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Descarga: Programa Fiestas de Graus 2023

Las Fiestas dan comienzo a las 12 del día 12, tal y como reza la canción, con el repique de campanas, al que sigue el desfile de carrozas. Esa misma tarde, en el Puente de Abajo, se espera a los gaiteros que vienen a tocar este instrumento tan presente en las fiestas. Se continúa con el canto de las primeras Albadas en la casa donde se hospedó San Vicente Ferrer y en la Capilla del Santo Cristo.

Las mañanas de los días 13 y 14 se representan los dances en la Plaza Mayor. Antes, por las calles del pueblo se hacen las procesiones con las imágenes de los patronos, acompañados de los danzantes y autoridades.

Los dances se dividen en dos bailes, el de espadas y el de cintas. Al son de la gaita, el baile de las espadas tiene una estructura que consta de tres fragmentos musicales diferentes, conocidos como La Cardelina, Taninaná y La Culebreta. Lo bailan cinco cuadernas, que suman veinte danzantes, y dos repatanes. Vestidos con diferentes atuendos, el más llamativo es el utilizado por la cuaderna de en medio, cuyos danzantes portan trajes de volantes, dos en color azul celeste y dos en rosa pastel, con pomposos encajes, medias, guantes, collares y sombreros floreados. La explicación a este vestuario puede encontrarse en la de tratar de incorporar el elemento femenino en un baile masculino que, en origen, celebraba la fortaleza, la virilidad y la fertilidad. El baile de las cintas tiene una forma más moderna que el anterior, por cuanto su música es la de una polca introducida en la tradición grausina en la segunda mitad del siglo XIX, y que se interpreta con orquesta. Antes de ella, la polca vieja era interpretada con gaita. En el baile, los danzantes bailan cogidos a unas cintas alrededor del mayo, palo adornado con cintas y flores, y que también tuvo un componente de celebración de la fertilidad. Anteriormente era únicamente bailado por hombres, hasta que a finales de los cuarenta del siglo XX se introdujeron las parejas mixtas, y se ampliaron de cuatro a ocho, todos ellos ataviados con el traje baturro de Graus. Además del baile en torno al palo, otras mudanzas incluyen un paseo por parejas con saludo, un pasamanos y un baile con aro.

Estos bailes se acompañan de las actuaciones en forma de parodia de los cabezudos, caretas y caballez, así como de los gigantes y el Furtaperas, un muñeco condenado a dar vueltas sobre un eje de la fachada del Ayuntamiento durante los días de las Fiestas. Según la leyenda, el niño al cual representa, fue condenado por los Reyes de la Mojiganga al haber sustraído siete peras a un vecino del pueblo, de donde deriva su nombre.

La Mojiganga es un espectáculo singular satírico-burlesco que, en clave de humor, realiza un pormenorizado repaso a lo acaecido en la localidad durante el último año. Su carácter trasgresor provocó sonadas interrupciones de este espectáculo popular: de 1809 a 1813 debido a la invasión francesa, desde 1834 a 1838 debido a las malas cosechas y al hambre, y la más prolongada, desde el gobierno de Primo de Rivera y hasta su restauración en 1979. En el desfile que la precede todavía se conservan elementos de su origen medieval, como el estafermo y la tarasca, móviles molestos que despejan el paso de la corte mojiganguera.

La pllega sirve para recaudar donativos para las actividades realizadas por la Cofradía del Santo Cristo, y se recorre todo el pueblo al son de las gaitas, el baile de los palitroques y el ruido de los trabucos. En ella se reparte, casa por casa, el cordoné.

Las Albadas, cantos que se entonan de madrugada por las calles del pueblo, datan de época musulmana, y relatan historias de amor y ensalzamientos de personajes populares que ha dado la villa.

Para disponer de toda la información de las Fiestas se edita el Llibré, donde se refleja el programa así como textos relacionados con Graus, muchos de ellos en dialecto grausino.

Más info:

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