Taller de danza El laberinto, por Elia Lozano

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El objetivo último del taller es la producción del espectáculo que, con el mismo nombre, pondrá el broche a la edición 2010 del festival (11 de julio, 23 horas, Plaza Mayor). El taller comienza este viernes 4 (Espacio Pirineos, 20 horas) con una reunión informativa, para posteriormente desarrollarse los martes 15, 22 y 29 de junio en el mismo lugar a la misma hora, y algunos otros días en julio, aún por confirmar, e incluida una masterclass el martes 6 de julio.

Para recrear el mito de Teseo y el Laberinto, argumento del espectáculo, Elia Lozano necesita bailarines, actores y músicos. Todos los interesados pueden dirigirse a la reunión informativa del viernes 4. El taller tiene un coste simbólico de 10 euros.

La compañía de danza de Elia Lozano mantiene así su compromiso con Graus. Finalizado el convenio financiado por el Centro Dramático de Aragón (2007-2009), en 2010 establecen su residencia habitual en Graus y, declaran «estar ilusionados por montar entre todos este espectáculo, con cierta incertidumbre ante esta nueva etapa pero agradecidos por todos los años de buena acogida».

«Cualquier mito es universal porque transciende el comportamiento normal, lo dignifica y otorga al ser humano una dimensión de constante búsqueda y superación desde su yo interior».

«Así, el mito del laberinto nos expone la experiencia vital como un devenir entre caminos oscuros y esquinas hacia la luz, un rito de iniciación cuya principal fuente de conciencia y creación es el amor».

«Al igual que el ovillo que Ariadna le dio a Teseo para encontrar la salida era de lana delicada, como una tela de araña, así son las redes que vamos tejiendo a nuestro alrededor, preservando no cargar nuestras espaldas si no, como el Minotauro, aguardar el aliento, el descuido caprichoso del viento para que se conviertan en banderas vapuleadas hasta quien sabe dónde».

«Así es la vida, se nos concede aprender y cuanto más, menos sabemos. En algún lugar, con los brazos abiertos, llenándonos un vaso, sentándonos a su mesa, con el pan partido con sus manos, nos dirá: te he esperado desde siempre».

«Nos gustaría ahondar en la interpretación que hizo de esta mito J.L. Borges. El Minotauro, ese monstruo ahogado por la soledad, esperaba a quien le liberara, porque aunque no conocía más límites que muros que siempre llevaban a muros, en su entraña más profunda reconocía, anhelaba, predecía, una mañana única, otra vida diferente».

Fuente: Espacio Pirineos.