Exposición «Los Cuarteles de Graus» por los hermanos Ángel y Antonio Gayúbar.
Hasta el sábado 25 de noviembre.
Una historia olvidada.
Desde 1944 hasta prácticamente 1970 miles de reclutas, soldados, suboficiales y oficiales hicieron de Graus un significativo centro de actividad militar.
Con su presencia, generaron un enorme dinamismo económico, social, cultural y, por qué negarlo, sentimental rara vez ponderado y protagonizaron una historia imborrable para quienes la vivieron que, desgraciadamente, van olvidando e ignorando las nuevas generaciones de grausinos.
Sirva esta humilde exposición para revivir el recuerdo de un no tan lejano período, reivindicar la importancia a todos los niveles que tuvieron los militares en la historia grausina de buena parte del pasado siglo y sentar las bases de futuros estudios sobre el tema.
“Los Cuarteles” de Graus.
El origen de este acuartelamiento militar hay que situarlo en 1944. Ese año sobre España se cierne la amenaza de que los aliados invadan la Península con el objetivo de reinstaurar un régimen democrático, agravada por la infiltración en territorio español de fuerzas guerrilleras formadas por antiguos combatientes republicanos, curtidos en la Guerra Civil y en la Resistencia francesa, cuyo objetivo era el de socavar el régimen.
Debido a estos motivos, se ordena el despliegue escalonado de contingentes militares por toda la geografía situada al sur de los Pirineos. A Graus vienen a parar elementos del recién creado Regimiento de Artillería nº 29, de guarnición en Huesca.
Disipada la amenaza de invasión aliada, a la Guardia Civil se le confía la misión de reducir a los elementos infiltrados y los focos subversivos que se hayan establecido, procediéndose a la retirada de los contingentes militares, quedando destacamentos, de las unidades de guarnición en la provincia, en algunas de las poblaciones donde se habían desplegado. Estos destacamentos se irían paulatinamente replegando a sus cuarteles con algunas excepciones, entre ellas la de Graus, en la que se consolida una presencia fija del Regimiento de Artillería nº 29 en forma de campamento para la instrucción de sus reclutas.
En aquella época los mozos se destinaban, mediante sorteo, directamente a las unidades militares. Cuando se incorporaban recibían la consideración de reclutas y se les daba “la instrucción”, es decir, se les enseñaba a ser soldados. Este periodo terminaba con la “Jura de Bandera”, momento en que pasaban a ser soldados y se les asignaba un puesto en la Unidad a la que pertenecían. El periodo de instrucción se realizaba en campamentos dependientes de la unidad de destino.
En el campamento de Graus el periodo de instrucción duraba seis meses, durante los cuales los reclutas (en número aproximado de 600 cada semestre) dormían en tiendas de campaña cónicas, recibían formación militar teórica y práctica (con marchas, tiro y maniobras) y preparación física y moral. Al contingente de reclutas hay que sumar los soldados destinados allí en labores de administración y servicio del acuartelamiento, los diferentes especialistas y los oficiales y suboficiales responsables de la instrucción y el encuadramiento.
En diciembre de 1964 se crean los C.I.R. (Centros de Instrucción de Reclutas) con el objetivo de liberar a las unidades de la formación y unificar esta. Comenzarían a recibir reclutas a mediados de 1967, fechas en las que el “cuartel” de Graus deja de tener la utilidad para la que fue concebido, no recibe ya más reclutas, se van licenciando los soldados allí destinados y sus instructores y responsables de su encuadramiento pasan a otros destinos. Quedaría un pequeño destacamento para su custodia y mantenimiento mientras se proceda al traspaso completo de material y se decida su destino. Dándose por liquidado en 1969.